Cuando aprendemos a amarnos, aprendemos que debemos cuidar de nosotros mismos, amaremos a Dios con toda nuestra mente y con todo el corazón. Deuteronomio: cap. 6: 6 al 12
¿Donde está Dios?.
Está en mí: Mi cuerpo es su santuario. Mi corazón es su altar y Mi conciencia su santuario de reunión conmigo mismo y Mi oración sentida el lenguaje que utilizamos en esta comunión intima.
Cuidaré entonces este santuario sagrado (sacro oficio- sacrificio) lo adornaré de salud, de felicidad, de amor, de prosperidad.
Jesús nos dice que: no todo lo que me dice señor es mío, son míos aquellos que escuchan las palabras de mi padre y las respetan. Por sus frutos los conoceréis.
¿Tú puedes observar tu vida? ¿Cuales son los frutos que provee a la vida?.
¿Como está tu salud?
¿Como está tu economía?
¿Como está tu relación de familia, pareja?
Estos son los frutos de tu conciencia, no es del trabajo, la naturaleza o el mismo Dios.
El Judas de nuestra ignorancia nos ha llevado a creer que todo es fruto de la suerte o de la mala suerte, o peor aún que Dios no quiere que yo tenga. ¿Qué clase de Dios sería aquel que elige por azar a quien bendecir con su abundancia y a quien con su carencia?
Nuestro Cristo despierto hoy nos lleva a comprender que las circunstancia de la vida y sus realizaciones se tejen en la tela de mi conciencia y se proyecta a través de mi pensamiento y se ejecutan a través de mi trabajo, más el génesis está en mi creencia a partir del cual como el ADN tiene su propia metafísica para expresarse como realidad en mi mundo.
No pretendo convertirte en santo o beato, sólo te estoy comentando la ley de la vida, los principios inalterables que utiliza el creador para igualar su creación de manera única.
En el principio Dios creó: este es el principio: lo que está en tu mente = a tu vida.
Tú y yo somos el milagro más grande de la creación, caminemos juntos este sendero y expresemos ese milagro que somos creando una vida de excelencia para honrar a Dios.
El amor divino de Dios en mí, saluda al amor divino de Dios en ti y se inclina ante el Cristo de tu corazón.
Espero tu comentario.
Por. Lic. Emigdio Arce
Foto: ~2|{~
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